Como os contaba en mi último post, soy fan de CreativeMornings y tuve la suerte de poder asistir en Madrid a uno muy interesante (como la mayoría de ellos) que trataba el tema de la inclusión. Y me di cuenta de que la mayoría de las veces hablamos solamente de diversidad para referirnos a un mundo más rico, a una sociedad tolerante y a una cultura abierta. Sin embargo, la verdadera riqueza de la diversidad se basa en la capacidad de inclusión que pongamos en práctica cada uno de nosotros. De nada vale un mundo diverso si gran parte de esas personas, tan distintas entre si, se sienten excluidas de él. O como dijo Marta García-Valenzuela en ese desayuno de CreativeMornings, “la diversidad es contar cabezas; la inclusión es que las cabezas cuenten”. En este artículo trataré de trasladaros de forma breve lo que aprendí con ella porque, sin lugar a dudas, la clave y el futuro de la diversidad es la inclusión.
No es difícil comprender esta afirmación ni siquiera sentirnos identificados con ella, aunque sea de forma privada y sin confesarlo a nadie. Todos alguna vez nos hemos sentido fuera de lugar; esto no quiere decir que no seamos tolerantes con lo diferente. Nos puede gustar, nos puede atraer, nos puede fascinar, y a la vez nos puede hacer sentir incómodos. ¿Pero por qué?
Marta lo resumió muy bien de una forma directa y concisa: “No vemos el mundo como es sino como somos nosotros. Nuestro cerebro enfrente de alguien siempre analiza si es un yo o es un otro; gestionamos por etiquetas.”
Si es un yo, entonces todo bien. Ninguna alerta salta en nuestra mente porque lo que vemos nos resulta familiar, conocido, cómodo, lo controlamos. Si es un otro, entonces la historia cambia. Cada detalle adquiere importancia para lo bueno y para lo malo; hemos de clasificarlo de alguna forma, hemos de etiquetarlo para que, al final de nuestro análisis, podamos considerarlo como bueno, neutro o malo.
Como asesora de diversidad de compañías del Ibex35 y de otras corporaciones internacionales, Marta nos contaba que la diversidad provoca la misma distorsión también a quienes la persiguen como objetivo de sus empresas. A pesar de que los directivos ambicionen compañías diversas, es muy habitual que miembros de un mismo equipo o incluso perfiles profesionales de diferentes departamentos tengan demasiadas cosas en común. A lo que Marta plantea: “si sois 9 y todos pensáis igual, sobran 8”. Marta aboga por hacer que la diferencia sea un valor y que aporte algo al mundo.
Sin embargo, escuchar al diferente es más difícil y menos habitual de lo que parece. Nos ponía un ejemplo con el que seguramente muchos nos podemos sentir identificados: “en una reunión de trabajo, ¿el tiempo de quién es? De los extrovertidos, y no hay ninguna relación entre la calidad de las ideas y la extroversión.”
Es entonces cuando, pasada la fase de generar diversidad, es necesario dar un paso más hacia la inclusión.
Hay, por lo tanto, una gran diferencia entre generar sociedades diversas y generar sociedades inclusivas. Lo ideal sería comenzar desde pequeños, cuando nuestra capacidad de apertura y aprendizaje es mayor, cuando las piezas del puzzle no están encajadas, cuando no hay sesgos ni estereotipos.
Pero aunque no hayamos sido educados en la diversidad y en la inclusión desde pequeños, hay muchas cosas que todavía podemos cambiar, practicar y reeducar. Recuerdo que en ese desayuno alguien del público le preguntó a Marta por consejos para ser más inclusivos; como era de esperar, Marta no reveló ningún secreto, y sin embargo, estoy segura de que poner en práctica esas pequeñas cosas nos cuesta un mundo en nuestro día a día. Abrir conversación con personas diferentes, preguntar a los demás cuál es su historia, tratar a los demás como les gustaría ser tratados (no como nos gustaría ser tratados a nosotros), y sobre todo, estar presente. Y aunque no se esté presente, al menos, tratar de estar cercano con la gente.
Para terminar, me gustaría compartir con vosotros un ejemplo de diversidad, tolerancia e inclusión: a Festa do Orgullo de Lalín, un núcleo de 20.000 habitantes en el centro de Galicia (el lugar en el que vivo). Os dejo un fragmento del pregón dado este año por la decana de la Facultade de Ciencias da Educación de Santiago de Compostela, Carmen Fernández Morante.
Vídeo: Festa do Orgullo de Lalín, ejemplo de tolerancia, diversidad e inclusión.